En España, a partir de la década de 1580 a 1590, empezaron a
existir lugares permanentes para la representación de obras de teatro por
compañías profesionales. Solían ser estructuras construidas especialmente para
ello o patios con balconadas (corralas) que se habilitan para la
representación. Los temas que representan tratan de la familia, el honor, los valores
individuales y religiosos, etc. La clase social de amos y criados se aprecia en
la distribución del público en la sala.
En el siglo XVII, por los años de mayor desarrollo de textos
dramáticos (Lope de Vega) y se produce una importante “maduración” del lugar
para representar. Se señalan dos tipos de teatro:
-Los de finales del siglo XVI y que tienen mayor auge durante
el siglo XVII.
-Los nuevos teatros fijos que representan un intento de
“modernización” y perfeccionamiento con mayor comodidad para público y actores.
Mayor similitud con los tecnicismos del teatro cortesano. Es el modelo de
teatro a la italiana, popular, con posibilidad de efectos de perspectiva, y
precisamente la asignación de localidad fija sentada puede permitir una
minuciosa cuantificación y conocimiento de la estructura del público.
Implica el desarrollo de unos espacios destinados expresa y
únicamente para la representación, y supone la mayoría de edad del arte
dramático, con unas posibilidades de comunicación teatral amplias. En este momento el espectador se especializa en su función, deja de ser participativo, y así se separan los ámbitos del teatro y de la fiesta.
Ahora vemos como un solo lugar acoge a una pluridad de receptores y según su categoría social y al pago de un precio de entrada que varía considerablemente, éstos se dividen por el corral de comedias, cada uno ocupando su espacio destinado.
El corral de comedias
La aparición de los corrales de comedias como lugares hechos
ex profeso para la representación hay que situarlo en la década de 1580. No
solo existían en las ciudades importantes como Madrid, Sevilla o Valencia, sino
también en pequeñas ciudades y pueblos, como Almagro.
Los corrales no poseen la misma fisonomía a lo largo de toda
su historia, muchos se inauguraron sin estar terminados y fueron creciendo y
modificándose según las necesidades que iban surgiendo.
Los corrales de comedias se asentaban en el patio interior de
los edificios, ocupando el corral. Al exterior se presentaban con el mismo
aspecto que la arquitectura residencial. Los accesos a los corrales se
realizaban desde diversos puntos a través de puertas, vestíbulos, escaleras,
mezclados con tiendas y tabernas.
Al ser un patio o corral interior hacía que las
representaciones fueran a primera hora de la tarde, dependiendo de la estación
del año, según el tiempo que tardara el sol en ponerse. Sabemos que empleaban
determinados artilugios luminotécnicos que prueban la existencia de luz en los
corrales.
Descripción de Pellicer del Teatro del Príncipe:
Los corrales eran amplios patios que daban a las casas
vecinas que se organizaba en torno al espacio rectangular descubierto. Las
ventanas de los edificios hacían las veces de palcos. En un lado del patio se
encontraba el escenario y alrededor las localidades privadas que constituían
los aposentos, abiertos en las paredes. Las del último piso se llamaban
desvanes y las inferiores, aposentos.
Estas ventanas eran de distintos dueños y cuando las
cofradías no las alquilaban, quedaban a su disposición, aunque tenían la
obligación anual de pagar cierta suma de dinero por disfrutar del espectáculo.
Debajo de los aposentos había una serie de asientos en
semicírculo que se llamaban gradas y delante de éstas, el patio.
El patio era el lugar donde se situaban la mayoría de los
asistentes, los “mosqueteros”, un público masculino al que por su condición
social no se le permitía ocupar aposento. Cerca del escenario había filas de
taburetes.
Al fondo del corral hay una parte para las mujeres del
pueblo, que se llamó cazuela. Las damas principales ocupaban aposentos.
Los tipos de localidades, precios y posible adscripción
social varían, la estructura social del corral de comedias se ajusta al
siguiente patrón esquemáticamente:
-Entradas populares: patio, cazuela, bancos y gradas
-Localidades para doctos: desván o tertulia
-Localidades restringidas: aposentos y rejas
-Localidades oficiales.
Entre ellas hay marcadas diferencias de precio y corresponden
a distintos sectores oficiales. No es un teatro de un determinado grupo
sociocultural, sino que abarca a todos, desde la cumbre de la pirámide, el rey
incluido, a la base.
La estructura social del corral de comedias prueba esta
democratización del espectáculo teatral, y las marcadas separaciones por las
diferencias de precios. Asisten casi todos, pero estrictamente separados según
el rango y el dinero.
Aposentos: las localidades más caras y apreciadas eran los aposentos,
por el prestigio, la comodidad, discreción y libertad que proporcionaban a sus
ocupantes. Para la nobleza y la alta burguesía.
En España, parece que el primer corral aparece en Valladolid
en 1558, pero el modelo se desarrolla en Madrid. Actualmente persisten el
Corral de la Cruz (1579) y el Corral del Príncipe (1582). Sin embargo, el que
mejor se conserva es el Corral de comedias de Almagro (Ciudad Real).
Respecto a la puesta
en escena debió de haber gran variedad de recursos en los corrales de
comedias: decorados, tramoyas, todo tipo de utilerías de personaje y de escena,
variado attrezzo y vestuario, efectos sonoros, animales música y efectos
especiales… Se usaban también cortinas para el acondicionamiento del espacio o
de los nichos, rocas, fuentes, etc.
Elementos arquitectónicos: Todos eran postizos y desmontables: ventanas,
barandillas… El hueco o nicho central era el que se utilizaba con más
frecuencia. Los corrales más importantes tenían hasta 9 nichos, 3 por planta,
incluyendo las puertas abajo y los balcones que son los dos pisos superiores.
Servían para configurar la mayoría de los interiores.
Artefactos o maquinarias: como árboles de cartón o lienzos pintados que
figuraban bosques o calles. El sol, por ejemplo, era un disco de papel tras el
que ardían varias candelas. Las tormentas se simulaban con un barril lleno de
piedras que rodaba bajo el escenario.
Escotillones o trampillas de acceso al escenario desde abajo. Viejo
artilugio usado desde la Edad Media.
Tramoya. Tenía escondido los contrapesos detrás de los postes. Maquinas que
hacen desaparecer a los actores a la vista del público, los hacía descender o
aparecer. Usaban un sofisticado juego de poleas y cuerdas para mover a los
actores.
Interpretación: los personajes de comedia se clasificaban conforme a la serie de paradigmas que componen la
galería de figuras del género: el Rey, el poderoso que suele ser un noble o un
príncipe, el Caballero, el galán, el gracioso, el villano, la dama, la criada…
Son arquetipos tópicos de la época.
Respecto a su desarrollo, podemos resumir que la evolución
del espectáculo comenzaba con una loa, seguía el baile y luego la obra con
intermedios variados y un baile final.
El desván para que servía
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